Para la otra
Para la otra noche en mi hotel me dio algo de pena, ya que yo había quedado tan cansada que era incapaz de darme cuenta. A la mañana siguiente no me pude resistir y decidí desnudarme, pero al sentir mis grandes pechos me puso muy caliente, tanto que no tuve más remedio que folar por toda la cama hasta acabar dentro de ela y sentir como sus enormes tetas explotaban de placer al sentirme penetrada de essa manera.